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10 de septiembre de 2009

Ghost

Era un jueves por la mañana, una mañana oscura de invierno; y Ela estaba sentada en un banco de Olbow Tree.
Su novio Sam había desaparecido la noche anterior y todo el mundo lo buscaba desesperadamente, menos ella. La misma noche de su desaparición, Ela fue al parque donde se conocieron, a Olbow Tree y sobre el banco en el que ella estaba sentada ahora mismo, había un carta. La abrió y decía lo siguiente:
"Ela, esta carta no es para que me recuerdes solo como una persona a la que has querido, de entre todas las que querrás a lo largo de tu vida, sino para que me recuerdes como una persona a la que has hecho sentir la más afortunada del mundo a tu lado. Estos meses contigo han sido maravillosos y quiero que lo sepas porque me voy, me voy para siempre a un lugar inaccesible.
No somos uno, somos dos; me llevo lo mejor de ti a la otra vida y quiero que tú te quedes con lo mejor de mí.
Cuando sientas el viento en tu ventana, seré yo intentando volver a tí, a sabiendas de que es imposible. Sí, mi vida ha tocado fondo, pero no derroches lágrimas de tristeza en mí, sólo piensa en ese amor que vivirá para siempre.
Alégrate y no llores, porque has hecho feliz a una persona, y eso no se consigue todos los días.
Te quiero,
Sam."
Tras leerla, Ela decidió dejar de buscar. Se sentó en ese banco y se durmió pensando en los momentos que había vivido junto a Sam.
Cuando se despertó, se sintió rara, como si hubiera alguien sentado junto a ella, pero no había nadie. Entonces giró la cabeza y ahí estaba.
- ¿Sam? - preguntó, con un hilo de voz.
- Aquí estoy - respondió.
- ¿Eres un.. fantasma?
- Sólo si tu quieres pensarlo así - y sonrió, como siempre con esa sonrisa deslumbrante y perfecta.
- Oh, Sam, ¿por qué te has ido? - sollozó y puso sus manos sobre los ojos para que nadie la viera llorar.
Cuando se volvió, él ya no estaba.
Ela siguió yendo al parque durante una semana, hasta que encontraron su cuerpo, en el mar.
El día de su funeral, ella se quedó unos minutos más que el resto de la gente, al lado del ataúd de Sam.
Cuando estaba dispuesta a irse, se giró y vio una sombre corriendo. Entonces fue a la misma dirección que la sombra y cuando se detuvo, escuchó un grito que la hizo estremecerse.
¿Quién había gritado?
Ela estaba decidida a entrar en la puerta entreabierta del final del pasillo, pero alguien se lo impidió cuando iba abrirla del todo.
Nunca se averiguó nada.
Sólo encontraron el cuerpo de Ela con un puñal en la espalda, tirado en el suelo del pasillo, ensangrentado.

Amy.

2 comentarios:

Sandra dijo...

O.o ¿Quién la apuñaló? Qué yuyu... ¡me encantan tus historias! ¡Renueva pronto!

**Marta** dijo...

umh intrigante, ojala hubiera más capitulos de esta historia para saber quien la apuñalo y por que?
me ha gustado
escribe pronto
bss!!!!

os vigilo .